Reflexiones

Domingo 05 de Septiembre de 2021

XXIII del tiempo común de la Iglesia.

“Levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: “Efatá”.

Texto: Mc 7, 31-37

En este primer domingo de septiembre, en donde renace un espíritu de amor a la patria que se manifiesta en distintas expresiones que nos vuelcan a valorar nuestros signos patrios, tenemos presente de manera especial rezar por cada una de las personas que han nacido en ella, y por tantos que han llegado de otros lugares a comenzar una nueva vida.

El evangelio de Marcos nos sitúa en un lugar distinto de Judea, lo que nos indica que Jesús estaba, como se decía en aquel tiempo, en tierra de paganos no perteneciente al pueblo elegido, por lo cual la sanación de este hombre enfermo tiene dimensiones que trascienden un espacio territorial.

Jesús al atravesar por la Decápolis, le presentan a una persona que estaba enferma ( sordo muda), seguramente al pensar en  la historia de este hombre debe haber estado plagada de penas y frustraciones por no sentirse parte de alguna comunidad, por el contrario viviendo encarcelado en su vida interior sin poder comunicarse con su entorno.

Hoy reflexionamos en tantas personas que no teniendo una imposibilidad física viven ensimismados ; quienes por opción han decidido vivir marginados de los demás ; quienes creen no necesitar de otros para caminar en la vida ; quienes se consideran que pueden vivir la vida sin necesidad de contar con los otros; quienes se sienten tan fuertes que piensan que el necesitar de los demás es un signo de debilidad.

El evangelio nos sitúa en este hombre que siendo sordo- mudo  se le pide a Jesús que pueda imponer las manos para ser sanado, resalta en esta petición la confianza de estos hombres en el poder de Jesús, que sólo imponiendo sus manos él será aliviado, pensemos ¿Creemos que Jesús tiene el poder de sanar? ¿Creemos que la imposición de  manos es un signo de sanación?

Llama la atención que frente a la petición de estos hombres, de imponer las manos, Jesús realizo otro gesto, lo separa de los demás, lo lleva a un lugar retirado, ¿Qué significa para nosotros este gesto? ¿Por qué no hacerlo en público donde todos pueden verlo?

Los gestos de Jesús son muy importantes , ya que ellos nos permiten deducir algunas conclusiones para nuestra vida de Fe, le puso los dedos en sus orejas  y con su saliva tocó la lengua , gestos que denota la cercanía del Señor con este enfermo, son muchas las acciones que se delatan en los evangelios en los cuales Jesús se vale de gestos para sanar , aquí podríamos decir que esta enfermedad le ha privado a este hombre el poder tener una cercanía con los otros , Jesús revierte esta condición, haciéndose cercano del enfermo , comenzando por escuchar y luego por el hablar.

Para Jesús es muy importante el escuchar, sabemos que es un arte el saber escuchar, hoy como Iglesia latinoamericana nos encontramos en un tiempo de escucha , no sólo para saber acerca de un pensamiento , sino buscando la voluntad de Dios en las palabras de muchas personas en las cuales él habla.

Pidamos esa gracia de estar atento a escuchar lo que Dios nos dice cada día en su palabra.

Sigamos rezando unos por otros.

Con esperanza

P. Cristian Avendaño Becerra

Capellán Colegio Integrado de Talca

  


Novena del Carmen