Este martes 22 de abril, nuestra comunidad educativa del Colegio Integrado de Talca vivió con profundo sentido de fe y esperanza la Liturgia de Pascua de Resurrección, una celebración marcada por la luz, la alegría compartida y el recuerdo agradecido del Papa Francisco.
La actividad reunió a estudiantes, docentes y delegados de pastoral en torno al gran mensaje pascual: Cristo ha resucitado, ¡ALELUYA! La ceremonia comenzó con el signo de la luz, donde a los delegados de cada curso se les entregó una vela, la que fue llevada a sus salas como símbolo de que Cristo ilumina nuestra vida diaria. Esta luz permanecerá encendida durante la semana como compañía espiritual y guía para la oración.
Otro momento significativo fue la bendición de los huevitos de Pascua, signo alegre de vida nueva, esperanza compartida y fraternidad. Cada curso presentó su ofrenda como expresión del gozo de la Resurrección, recordando que, así como el cascarón guarda una vida por nacer, también el sepulcro se abrió para dar paso a la Vida verdadera.
Este año, la liturgia incluyó además un homenaje al Papa Francisco, recientemente fallecido. Se compartió una breve reseña de su vida y pontificado, destacando su sencillez, cercanía y defensa de los más vulnerables. En un espacio formativo y participativo, se respondieron preguntas sobre lo que ocurre en la Iglesia tras la muerte de un Papa.
Fue una jornada llena de signos y sentido, donde el anuncio de la Resurrección se unió al testimonio de un Papa que marcó la Iglesia con humildad, valentía y misericordia. Nuestra directora felicitó a los estudiantes por su comportamiento ejemplar y los motivó a seguir mejorando cada día.
Como comunidad, renovamos nuestro deseo de ser discípulos de esperanza, llevando la luz de Cristo a cada rincón de nuestra vida escolar.












