Durante el pasados martes 19 y miércoles 20 de agosto, nuestro gimnasio vivió una especial transformación. Dejó de lado su habitual bullicio para convertirse en un sagrado espacio de silencio y oración, acogiendo uno de los momentos más profundos y significativos de nuestra Semana San Pío X: la Adoración al Santísimo Sacramento.
En un ordenado y respetuoso peregrinar, los distintos cursos del colegio, desde los kínder hasta la enseñanza media, acudieron por niveles para tener un encuentro personal y comunitario con Jesús Eucaristía. Frente a la custodia, se generó un ambiente de profundo recogimiento que permitió a cada estudiante vivir una pausa espiritual en medio de las celebraciones.
Este año, la reflexión que acompañó la adoración estuvo marcada por un mensaje central: nuestra relación con Cristo Jesús sacramentado y su invitación a ser sus amigos. Se guio a los estudiantes a meditar sobre el inmenso amor que Él nos tiene y cómo podemos corresponderle. La invitación fue clara: al amar, respetar y cuidar a nuestro prójimo, a nuestros compañeros y familia, estamos amando a Dios mismo, cumpliendo así con el corazón de su mensaje.Para muchos, esta fue una experiencia totalmente gratificante y nueva. Los distintos momentos de oración, reflexión y cantos permitieron a los estudiantes comprender, de una manera íntima y personal, que Jesús estaba realmente presente en medio de ellos, vivo y escuchando sus corazones.










